lunes, 28 de septiembre de 2009

MISION EMBERA COLOMBIA

QUE DICE ACA


"bes aba baside eberaba be arig bubos apenabari, madu arimaraba aria kopenekare ochiade uabasabu ari bede badakare docheke joada aribada brakobos abu, ara mav duuchia Vi grakobos abenabari madu chia unusida apenabarimi. mabe arava juadé chiosidabi, barí madu urba bakuruba urudauchia braadadades abu, esbude ebari chiusidabi, ebarima abodo burude aribadaba vi osoor totas abu, aramaudauchia vibida aribada osorr tuetasabu, apenabarimi, anamama va ara omea brusida abu: maabe chi ebera bakurude utu bodabada eda nekaribupeda chi vabinama jarade nebos apenabarimi, mabe chi vabenabare uasidabi vi e oetade kodayua, chi e óctadapeda vira kosida abu, maude aribadana totokodopeda batadasida apenabarimi." (profesor Indígena, 1998)[2]

En el anterior texto se puede determinar que los verbos cumplen otras funciones textuales. Por ejemplo, el verbo de existencia Bu: ser o estar, cumple una función de corte entre las diversas oraciones al ser empleado al final del enunciado seguido de la palabra maude: (entonces, luego, después). Esta partícula, cumple funciones de cohesión lineal, entendida según Dick (1997) como, "La propiedad semántica global de textos tocada en cada uno de esos estudios ha sido frecuen temente llamada coherencia o cohesión. Así, pues, una secuencia de oraciones se considera coherente si estas oraciones satisfacen ciertas relaciones semánti cas" [3]. Además el verbo bu seguida del maude le confiere un aspecto de proceso a los enunciados, en algunos casos de repetitivo y en otros de resultativo


MITOS Y CREENCIAS

"Un compañero indígena tenía una ciembra de maiz; cuando le cuidaba en las oras de la tarde se le gritaba una mujana en una parte oscura con una voz de atrapante, al mismo tiempo un oso le contesto a la mujana, él compañero de miedo se encaramo a un árbol, de alli le vehia peliar el oso con la mujana, el oso le golpeaba muy fuerte a la mujana con un palo y le hacia gritar fuertemente. Siguiendo la lucha durante toda la noche a la madrugada el diablo le corto el cuello al oso. Y el oso le arrango el cuello al diablo, alli ambos murieron, en la madrugada bajo del árbol el compañero indígena y vio a todos dos muertos. bino a su casa a comunicar que el diablo en una pelea con el oso y el diablo se habian muerto todos dos. Bamos compañeros para que lo pelemos al oso y asi lo hicieron, pero al diablo no lo comieron sino que lo degoyarón y les botaron los cuerpos degoyados por todos los lados del monte".


ORALIDAD Y ESCRITURA





Según Alvaro Díaz (1989), el texto es concebido como un conjunto coherente y cohesivo de actos comunicativos, codificados por medio de oraciones relacionadas temáticamente. El texto no puede ser reconocible por su tamaño sino por su realización y no es simplemente una cadena de oraciones o enunciados bien formados gramatical y semánticamente, sino una muestra de la lengua que posee textura. Esta última es una condición del texto que permite interpretar las oraciones como un conjunto, estrechamente relacionadas entre sí, y no como una simple secuencia de oraciones independientes.

Para María Helena Rodriguez (1988) los textos, en una perspectiva sociofuncional, son selecciones, recortes, opciones del potencial de significado contenido en el lenguaje. Son encuentros semióticos a través de los cuales se intercambian los significados que constituyen el sistema socia. Todo texto se define como la realización de un potencial de significado, como potencial actualizado. Es lo que se quiere decir seleccionando entre una serie de alternativas que constituyen lo que se puede decir. El recorte guarda estrecha relación con las intenciones del emisor, quien deja en los textos marcas de su intención para que sean inferidas por el lector. Esos marcadores de intención se distribuyen en el nivel superficial o lingüístico, en el nivel preposicional o de las ideas o en el nivel ilocucionario.

En este orden de ideas, la producción del texto exige una diferenciación entre el discurso oral y el escrito por parte de un escritor. El discurso oral tiene lugar en un contexto de situación, es decir, en un conjunto de condiciones de carácter social emocional y cultural que determinan el acto lingüístico. Por eso cuando se habla no es necesario ser demasiado explícito pues gran parte de la significación esta fuera del texto. Dentro del marco de la situación muchas referencias se presentan claras y, por otra parte, el discurso oral, dada la presencia del interlocutor, tiene la oportunidad de obtener respuestas que permiten al hablante modificar el código que esta utilizando.

En los discursos orales, el hablante no sólo produce significación mediante las palabras que escoge, sino también mediante pausas, cambio de ritmo, de tonos, de velocidad, de gestos de movimientos. El interlocutor infiere los significados no solamente de las palabras que oye sino de los ademanes que las acompañan. El discurso escrito, por el contrario, carece de un contexto situacional, por lo que hay que crearlo lingüísticamente, por eso, es más difícil comunicarse por escrito. La persona a la que va dirigido este tipo de discurso no está presente, por tanto no se beneficia de la gran ayuda que prestan la entonación, las pausas, los gestos.

En tal sentido, el objetivo de la adquisición de la escritura es la capacidad de producir mensajes que cumplan su función comunicativa, respondiendo a las expectativas del emisor y receptor en contenido y en forma, es decir, el dominio del lenguaje escrito. Llegamos a dominar el lenguaje cuando el mensaje que producimos cumple con nuestras propias expectativas y no sólo con las del receptor. El sujeto puede tener suposiciones acerca del lenguaje escrito aún antes de dominar las convenciones de la modalidad escrita. Conocer el lenguaje escrito implica necesariamente la diferenciación textual, es decir, la capacidad de producir textos lingüísticamente diferenciados para circunstancias enunciativas contrapuestas, en otras palabras, saber producir mensajes lingüísticamente diferenciados para una carta, una descripción, una narración. Narrar y describir pueden definirse como circunstancias enunciativas contrapuestas en relación con modelos y usos sociales de la escritura. (Liliana Tolchinsky, l990)


ALGO DE LOS EMBERAS CHAMI



Los chamí comparten la historia prehispánica y colonial de los embera, caracterizada por su continúa resistencia a las incursiones conquistadoras hasta el siglo XVII, cuando la mayoría de los pueblos huyeron hacia las selvas. En el proceso de asentamiento en su actual territorio, han estado en permanente contacto con poblaciones mestizas y afrocolombianas con las que comparten su área de ocupación, así como con otros actores de la sociedad mayoritaria que han configurado la dinámica social y económica de sus asentamientos.




CULTURA EMBERA CHAMI Y VIVIENDA



Los chamí comparten la historia prehispánica y colonial de los embera, caracterizada por su continúa resistencia a las incursiones conquistadoras hasta el siglo XVII, cuando la mayoría de los pueblos huyeron hacia las selvas. En el proceso de asentamiento en su actual territorio, han estado en permanente contacto con poblaciones mestizas y afrocolombianas con las que comparten su área de ocupación, así como con otros actores de la sociedad mayoritaria que han configurado la dinámica social y económica de sus asentamientos.

Durante las últimas décadas han enfrentado el problema de la reducción considerable de sus territorios debido a la expansión de la frontera agrícola así como el deterioro de sus suelos; estos fenómenos han propiciado transformaciones en su patrón de residencia y explotación del medio ambiente.



Este grupo se destaca por la dispersión de sus asentamientos ubicados sobre las cuencas de los ríos, en donde han desarrollado por cientos de años una cultura adaptada a los ecosistemas de selva húmeda tropical. Habitan en tambos rectangulares construidos en guadua, separados entre sí y ocupados por varias generaciones de una familia extensa. Actualmente los planes de vivienda impulsados por las entidades gubernamentales y religiosas, han propiciado la nucleación de sus asentamientos. Hoy en día son comunes las veredas conformadas por varias viviendas, una casa comunal -donde está el cepo- y una escuela.




UBICACION GEOGRAFICA


La mayor parte de su población, habita en el alto río San Juan en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató ubicados en el departamento de Risaralda. El segundo núcleo de población Chamí se encuentra en los ríos Garrapatas y Sanquininí, municipios de Dovio y Bolívar, departamento del Valle del Cauca yen el resguardo de Cristianía, municipios de Jardín y Andes en el departamento de Antioquia. También se encuentran asentamientos Chamí en los departamentos de Quindio, Caldas, el Valle del Cauca y en el Caquetá.